El patio de los lecheros
Ubicado en el
límite entre Flores y Caballito, existe un galpón, el cual su pasado pertenece
a la vieja estación del ferrocarril
donde llegaban los tambos desde el interior del país, y desde ahí comenzaban
los lecheros a distribuir la leche. Por ley, en 1961 se prohibió la venta de
leche sin pasteurizar, por ende, la vieja estación fue cerrada durante años.
Hoy, el viejo patio de los lecheros se
reinvento en el año 2016, como proyecto del gobierno de la ciudad. Se transformó en un gran centro
gastronómico abierto al público para todas las edades. Jóvenes y familias
enteras van a disfrutar de las diferentes propuestas para degustar en el lugar.
Ubicado a media cuadra de la vía del tren Sarmiento, pegado a Donato Álvarez y Av. Rivadavia, el centro gastronómico abre los días miércoles, jueves, viernes, sábados y domingo. Los horarios en verano son a partir de las 19hs hasta las 22hs los días de semana y desde las 12hs los sábados y domingos, hasta pasadas la medianoche.
Al caminar por
su cuadra, no pasa desapercibida su gran entrada, donde lo primero que uno se encuentra
es una clásica camioneta VW legendaria, rodeada de un conjunto de hortalizas,
que forman las plantas que pertenecen a la huerta que funciona ahí. Cruzando,
uno se maravilla con el gran ir y venir de gente que va recorriendo los
diferentes food trucks, donde ofrecen desde cervezas artesanales, comida
italiana, comida china, empanadas norteñas, comida árabe, mexicana, pizzas y
hasta pescados frescos.
Luego de
recorrer todas las propuestas para comer, en el fondo, se encuentran tres
barras que demandan largas cola de gente
para degustar un vermú o un buen trago post comida. En el centro, se encuentran
largos tablones de madera pintados a mano de diferentes colores, donde familias
enteras se sientan a comer. Por último, del lado derecho hay un carro de
helados, postres y hasta una biblioteca para poder sentarse a leer un libro
(usado) o efectuar su compra por un precio bastante accesible.
Este espacio es
especial para salir a comer algo de calidad, es una propuesta diferente, ya que
se respira un aire muy festivo, alegre, como si se estuviera tratando de una
feria que llego al pueblo. Familias, parejas, amigues, y vecinos con sus
mascotas conviven en perfecta armonía con un espíritu de empatía y respeto por
el espacio mutuo. Cada uno levanta sus desperdicios y los tira en el tacho de
residuos correspondiente.
Todo este acontecer se vive al ritmo de una música muy caribeña, o al menos bien movida, la cual inevitablemente te hace conversar, comer, y tomar acompañando mínimamente el ritmo con los pies. No es un detalle menor, creer que este ambiente festivo se deja llevar por cierta inercia. Las altas y brillantes luces que acompañan al espacio físico, permiten visualizar una
serie de
carteles con mensajes llenos de ‘’buenas vibras’’, y positividad, ubicados en
los puntos altos del lugar.
La calidad de la comida es muy buena, sus
precios varían entre un promedio entre $120 – $300. Por ejemplo, una tabla
abundante de mariscos para compartir (rabas-merluza-cornalitos-papas fritas)
$600. La pinta se encuentra a un precio entre $110 - $150. Por último, algo que
destacar, la cerveza te la sirven en vaso de vidrio.
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